Ciberdelitos,  Criminologia

Caso Boadilla del Monte / Delitos sexuales en la red

¿Cómo se borra un contenido sexual en la red? ¿Qué es el camfecting, el revenge porn y el sex phishing? ¿qué penas reciben la tenencia o la difusión de material pornográfico? ¿Qué tecnología se utiliza para ocultar y almacenar imágenes robadas? ¿cómo actúa un ciberdepredador? ¿qué es un netópata?

Los ciber depredadores se caracterizan por llevar una vida integrada, son personas de mediana edad, a menudo hombres, con un trabajo renumerado y una vida estable. Sufren carencias emocionales y son grandes consumidores del mundo digital. Desarrollan carreras delictivamente largas ya que se amparan en el anonimato preponderante en la red el cual dificulta la detección y persecución jurídica. El caso de Boadilla representa tan solo la punta del iceberg de un problema mucho más grande (el de los delitos sexuales en la red).

El presunto autor es docente pero también co propietario de la escuela junto a otros 3 socios que la heredaron de su madre en el año 1978. Supuestamente los materiales contenían miles de fotos de alumnas que podrían haberse grabado durante más de 20 años. El profesor está vinculado al mundo audiovisual y está siendo investigado por un supuesto delito de pornografía infantil. Cabe determinar, ahora, si produjo las imágenes o si las comercializó en algún momento y porque existían tantos dispositivos de almacenamiento ubicados a gran distancia del colegio.

Los ciberdepredadores eligen a sus víctimas y aprovechan su rol de superioridad para grabar imágenes. En otros casos esta práctica se ha extendido no solo a escuelas sino también a centros comerciales, vestuarios de centros deportivos, playas, lugares de ocio. En la red existe un circuito de sitios web donde se exhiben imágenes robadas que ya suponen el escalafón más alto de las prácticas deshonestas. La existencia de webcams, dispositivos de captura y la incorporación masiva de la cámara a la telefonía móvil facilitan la expansión de estas malas prácticas. Son netópatas digitales que forman parte del espectro delincuencial en la red. No son visibles, pero están allí, observándole al otro lado de la pantalla de plasma.

Entre otras malas prácticas sexuales en la red encontramos el “intrusismo informático”, el ciberdelincuente sustrae videos grabados del teléfono móvil de la víctima y solicita el pago de un “rescate económico” a cambio de no difundir el contenido a su lista de contactos. Estas prácticas también se extienden a móviles robados en la vía pública tablets y otros dispositivos. El camfecting constituye otra mala práctica mediante la cual el delincuente infecta el terminal de la víctima activando su webcam de manera remota para registrar imágenes sexuales.