Ciberdelitos

¿Qué es la criptocriminalidad?

Los delitos que involucran el pago con criptomonedas alcanzan un coste de 20.100 millones de dólares en 2022 según un informe de Chainalysis

El criptocrimen es la comisión de una actividad delictiva con el uso de criptomonedas como medio de cambio. La venta de drogas, el tráfico de armas, el lavado de dinero o el crimen organizado son criptocrimenes si en ellos interviene el pago de criptomonedas como factor de financiación.

Cada vez hay más personas que se dedican a lavar criptomonedas. Se han convertido en un medio para financiar el terrorismo o el narcotráfico en todo el mundo. A estas prácticas hay que sumarle el robo de criptovalores entre cibermafias o las estafas con criptomonedas cada vez más frecuentes.

Según la empresa Chainalysis el uso ilegal de criptomonedas alcanzó los 20.100 millones de dólares el último año (2022) al detectarse transacciones con empresas sometidas a sanciones estadounidenses. Además el 44% de transacciones ilícitas de 2022 procede de actividades relacionadas con entidades sancionadas por EEUU.

El informe Crypto Crime Report 2023 revela que volumen de transacciones relacionadas con multas y sanciones aumentó un 152,8% de 2021 a 2022. Los fondos criptográficos robados crecieron un 7%

La mayor parte de estos delitos han aumentado exponencialmente durante los últimos años. Son cada vez más costosos para la sociedad. Según la revista Forbes en el 2020 el criptocrimen tuvo un impacto de más de 10.500 millones de dólares, la cifra comprende todo el valor incautado en lucha contra el terrorismo y las actividades ilícitas.

¿Por qué razón son un medio atractivo para los delincuentes?

Este medio de pago evita en parte, las leyes de la trazabilidad bancaria, es una herramienta transnacional y más opaca que el sistema bancario tradicional. Los delincuentes evitan ser rastreados e intentan mover grandes cantidades de dinero dificultando la identificación.

¿Qué son las criptomafias?

Son organizaciones ilícitas que establecen sistemas complejos de pagos y cobros con criptomonedas. Financian operaciones delictivas, cuentan con técnicos y expertos informáticos. Pueden cometer ciberrobos de activos, realizar ciberextorsiones o dedicarse a la minería para financiar sus propias acciones.