Sucesos

Defensa del consumidor reportajes

Para más datos e info ampliada (Francisco Canals) periodista especializado en sucesos, fraudes, estafas y ciberdelitos

Consumir un producto y devolverlo al fabricante dentro del periodo legal de devolución; hoteles amenazados por reviews o comentarios de clientes en Internet; trucos de reclamadores expertos en bares y restaurantes.

Los reclamadores expertos constituyen una de las grandes preocupaciones de comercios y proveedores; su astucia y conocimiento de la letra pequeña de la legislación les permite disfrutar gratuitamente de bienes y servicios todo en un país, España, con larga tradición en materia de picaresca de la reclamación.

Los hoteles son uno de los grandes afectados por estas malas prácticas; el temor a sufrir reviews o comentarios negativos en la red ha disparado el número de hoteles que acceden al “chantaje” de un cliente “descontento” quien exige un desayuno, servicio o mejor habitación sin coste adicional bajo la amenaza de publicar un comentario negativo en Internet.

El arte de la reclamación es amplio y denso y disfruta de su propio argot: los reclamadores vip son aquellos que visten de etiqueta y corbata, aparentan ser respetables hombres de negocios y aprovechan su apariencia para irradiar confianza ante comerciantes y proveedores. También existen reclamadores senior o de “edad avanzada” quienes con su aspecto benevolente articulan excusas para marcharse sin pagar afirma Francisco Canals, periodista especializado en fraudes y timos.

Otros usuarios disfrutan de bienes fungibles tales como CD’s, películas y productos musicales; los reclamadores disfrutan y copian estos productos para posteriormente devolverlos al vendedor bajo el argumento que se encuentran en mal estado. Pero son las compras por Internet otro de los grandes sectores afectados, el hecho de no ver al cliente presencialmente facilita la operativa del timo ya que la legislación permite devolver un producto si está en mal estado o no cubre las expectativas del cliente. Algunos pícaros nupciales compran un vestido de boda de 3.000 euros, se casan en la fecha señalada y devuelven el producto recuperando el dinero.

La legislación ha crecido al mismo tiempo sin darse cuenta que las medidas orientadas a la defensa del consumidor han puesto en la cuerda floja a comerciantes y prestadores de servicios quienes se ven cada vez más debilitados por las prácticas de estas personas.

Tels prensa / Francisco Canals / 91.3804419 – 677028639