Es cada vez más frecuente que clientes y organizaciones soliciten la gestión de su vídeo reputación online, un fenómeno que afecta a un importante número de marcas preocupadas por la imagen audiovisual que proyectan en sitios web como YouTube o Vimeo. La vestimenta, los gestos o la expresión facial serán sin duda detalles que permitirán al público obtener una imagen mucho más completa que un artículo de prensa convencional ya que el formato audiovisual prevalece por encima que cualquier otro formato comunicativo. No en vano vivimos en la era de la imagen, un vídeo tiene por tanto un enorme poder prescriptor.
El impacto de un contenido audiovisual es, en muchos casos, mayor que un clásico contenido de texto. La red se ha inundado de videos no deseados: tropiezos, meteduras de pata, intervenciones de presidentes del gobierno que no hablan inglés… en muchas ocasiones estos contenidos perjudiciales pueden llegar a convertirse en un estigma para el perjudicado al alcanzar cifras de audiencia comparables a las de muchas televisiones.