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Restaurante de clausura de las Monjas de Belorado

Las monjas avanzan en su deseo de emprender

En un entorno donde la autonomía y la creatividad son fundamentales para las Monjas Clarisas de Belorado se han impuesto restricciones que afectan profundamente a su vida. Se les han bloqueado las cuentas y la representación legal de sus actividades de subsistencia básica, impidiendo su capacidad de emprender y aportar a la sociedad. Estas limitaciones restringen su creatividad y obstaculizan cualquier posibilidad de progreso.

Se les ha denegado la licencia de núcleo zoológico, a pesar de que, desde siempre, las monjas han criado y cuidado animales como perros, cerditos y pollitos, una actividad completamente normal durante siglos en conventos y monasterios españoles.

Además, se les ha impedido participar en eventos culinarios de carácter divulgativo, se les han intervenido las cuentas bancarias y han sido demandadas judicialmente.

Durante los últimos meses han sido objeto de todo tipo de campañas negativas, difusión de bulos y rumores, campañas de denigración y ataques reputacionales.

También se les ha prohibido ampliar sus actividades, en lugar de recibir apoyo para fomentar el emprendimiento en España. No se les ha dejado facturar ni vender, boicoteando su capacidad para seguir elaborando sus chocolates, limitando así su creatividad y tradición culinaria.

Monjas emprendedoras castigadas por trabajar tanto

Las monjas son, ante todo, emprendedoras, mujeres carismáticas y con iniciativa, pero nunca han cesado en su espíritu creativo y emprendedor, afirma Francisco Canals, jefe de prensa.

Por ello, y en su constante carácter emprendedor a la búsqueda de soluciones frente a esta campaña de limitaciones normativas, han decidido:

• Alquilar un hotel por 1.600 euros mensuales y comprar un terreno destinado a la cría y cuidado de perros y otros animales. Las monjas Clarisas tienen diversos proyectos relacionados con la cría y el entrenamiento de perros para mujeres maltratadas, la formación de perros guía para colectivos desfavorecidos, entre otros.

• Aclarar que no han renunciado a Belorado, sino que buscan fortalecer su comunidad. Cuentan con facturas urgentes que pagar y recursos muy limitados, lo que les ha llevado a explorar otra comunidad autónoma que encontrar esta solución temporal.

• Alquilar un hotel, La Ribera del Chicu, en Arriondas (Asturias), donde el marco normativo sí les permite elaborar sus famosos chocolates.

Su proyecto incluye la gestión del núcleo zoológico, ubicado a poca distancia del hotel. Una parte de la comunidad (tres monjas) residirá en las habitaciones del establecimiento, mientras que la planta baja se destinará a un restaurante de clausura. Las propias monjas se encargarán de la cocina, mientras que el personal atenderá a mesas y clientes preservando así su clausura.

El restaurante ofrecerá una combinación de platos tradicionales asturianos junto con recetas propias de las Clarisas, otorgando un papel especial a la repostería, magdalenas y chocolates de las monjas de Belorado.