¿Qué es el Barçagate? ¿Cómo se contrata una campaña de desprestigio en la red? El OEI apunta a un mercado subterráneo de compra de retweets e interacciones falsas por parte de políticos, futbolistas y directivos en nuestro país
El origen del Barçagate lo tenemos en la supuesta contratación de servicios black hat a agencias privadas para desprestigiar y lesionar la reputación de distintas personas del entorno futbolístico del Barça. Laporta, Piqué o Messi serían algunas de las víctimas al mismo tiempo que se intentaba favorecer la reputación online del equipo directivo a través de reviews o comentarios artificiales. En nuestro país existen agencias especializadas en crear perfiles falsos o contratar interacciones ficticias. Es la cara B de la reputación digital, una disciplina que preocupa cada vez más a directivos, políticos y futbolistas cuya exposición pública les convierte en “diana” de tweets incendiarios, noticias digitales negativas y todo tipo de contenidos dañinos que Google indexa a través de sus 250 algoritmos.
En la red ya es posible comprar 5.000 retweets por precios que no superan los 300 euros, adquirir interacciones masivas a través de boots y perfiles falsos o ganar visualizaciones ficticias para acelerar el crecimiento de videos en Youtube. Otro robots permiten generar IP’s dinámicas e influir en las encuestas online a procesos electorales y así decantar a la opinión pública. Además, existen más de 400 medios de comunicación digitales “zombie” ficticios cuya finalidad es enviar enlaces a través de grupos de WhatsApp para así decantar el resultado de procesos electorales.
En España ya existen más de 4.500.000 ciudadanos con una cuenta en Twitter y 18.000.000 en Facebook. Las redes sociales ya son “una extremidad más del ciudadano” afirma Francisco Canals, periodista y director del Observatorio Español de Internet. Solo en España 1 de cada 2 personajes públicos tiene al menos 1 contenido negativo en el TOP 10 de Google. Este mercado ha dado pie a todo un nuevo argot de términos: los escraches digitales, los trolls, los punishers son arquetipos de usuarios que utilizan la red para el ataque y el desprestigio