monjas-de-belorado

Monjas de Belorado / Los secretos del tejado eterno

El monasterio de Orduña, construido en el siglo XV por monjes franciscanos, fue adquirido en 2020 por las religiosas de Belorado con la esperanza de financiar su reforma mediante la venta del convento de Derio. Sin embargo, la operación fue bloqueada por la Santa Sede, dejando a la congregación en una delicada situación económica.

Desde su llegada, el tejado de Orduña capturó la atención de las hermanas, quienes supieron leer en sus muros el peso de la historia. Este espacio interior, cubierto por un tejado de más de 1,000 m², corona uno de los monasterios más célebres de la región, convirtiéndose en un símbolo de los retos y la perseverancia de la comunidad.

Al asumir el proyecto, las religiosas enfrentaron un monasterio envejecido y un tejado gravemente deteriorado, con 47 goteras que amenazaban la integridad de la estructura. Las filtraciones de agua comprometían no solo el edificio, sino también la misión de la congregación. Ante este panorama, iniciaron una ambiciosa reforma en 2022 para salvar el monasterio y su valiosa herencia.

/ LA REFORMA: SALVAGUARDANDO EL LEGADO /

La restauración, que duró seis meses, fue clave para asegurar la continuidad del convento y preservar siglos de historia y espiritualidad. Se renovó completamente el tejado utilizando tejas de arcilla que respetan el diseño histórico, además de toneladas de madera con tonos rojizos que armonizan con el paisaje montañoso de Orduña. Aleros especialmente diseñados protegen los muros de la erosión, y paneles aislantes mejoraron el aislamiento térmico y energético del edificio.

El resultado es un espacio diáfano y luminoso, que combina funcionalidad con una atmósfera espiritual única. Además, se reformaron áreas como el obrador y el taller de la huerta, se instaló un ascensor para mejorar la accesibilidad y se colocaron 72 placas fotovoltaicas, destacando el compromiso con la sostenibilidad.

/ VIDA EN EL MONASTERIO /

Actualmente, en Orduña residen dos hermanas de la comunidad de Belorado: sor Miriam, una repostera valenciana, y sor Berit, la monja catalana licenciada en matemáticas y ex profesora de instituto. Ambas se encargan del mantenimiento del monasterio, el cuidado de la huerta y las actividades espirituales que dan vida a este enclave histórico.

/ MÁS QUE UNA RESTAURACIÓN /

El tejado de Orduña se ha convertido en el epicentro de los desafíos estructurales y económicos de la comunidad. La monumental labor de las hermanas no solo aseguró la supervivencia del monasterio, sino que también reforzó su valor como testimonio de la pericia artesanal y la fe que lo vio nacer.

Hoy, este tejado renovado es un símbolo de esperanza y perseverancia, un recordatorio de que incluso los mayores desafíos pueden superarse con dedicación y propósito.